En el corazón de Tabasco, nuestra microplanta se dedica a transformar de forma sostenible un ingrediente único: el bagre armado, capturado en el río Usumacinta. Con un compromiso inquebrantable por la calidad, trabajamos mano a mano con pescadores locales como Mario, garantizando que cada pez sea fresco.
El proceso inicia con la meticulosa preparación del pescado, donde nuestro equipo lo lava para asegurar que esté libre de impurezas. Después, se obtienen cuidadosamente los filetes que se someten a un proceso de deshidratación lenta de hasta 12 horas, un paso crucial para preservar los nutrientes y el sabor. Este proceso artesanal, supervisado por expertos como Rosa y su equipo, nos permite crear un producto final de la más alta calidad que cuenta con Buenas Prácticas de Manufactura y sigue los lineamiento de la FDA.
El último paso, antes de que llegue a tus manos, es el empaque final, donde nos aseguramos de que cada bolsa sea sellada y enviada a su destino. Es un viaje del río a la puerta de tu hogar, garantizando un premio delicioso y nutritivo para tu mejor amigo.













